La decisión del gobierno de Lenin Moreno de retirar el asilo concedido a Julián Assange y entregarlo a la policía británica es el último peldaño de una carrera desesperada por retornar a la subordinación ante Washington. Es un giro drástico y lamentable en política exterior, respecto de lo que había sido la línea de distanciamiento, ahora sustituida por la subordinación.
Durante alrededor de trece años, desde el 2005 hasta inicios de 2018, el Ecuador había avanzado en una de línea distanciamiento respecto de las estrategias de USA, aunque hay que decirlo, nunca alcanzó un nivel de ruptura, pero si una frialdad, en algunos casos intensa, como por ejemplo, cuando el cierre de la base militar en Manta en junio del 2009, o cuando en septiembre del 2014 salió la agencia de la USAID de Ecuador. Esto de la mano de esfuerzos tibios hacia la conformación de una estrategia sudamericana por intermedio de UNASUR.
Fue una fase que cobró fuerza de la mano de la clausura de las negociaciones de un tratado comercial entre Ecuador y Estados Unidos, esto aconteció en el año 2004. Cubrió el gobierno de Palacios (2005 – 2006) y la década de gobiernos de Correa (2007 – 2017) e incluso el primer año de Moreno (2017).
Con el advenimiento del régimen de Lenin Moreno, pese a provenir del mismo partido, Alianza País, implicó el cambio de rumbo, inicialmente lento, pero desde mediados del 2018 e inicios del 2019, claramente desbocado. Fueron sintomáticas noticias como las siguientes : “Delegación de la SIP es recibida por presidente ecuatoriano luego de quince años”.
Pero tres acontecimientos marcaron el definitivo retorno al rango de subordinación incondicional : en primer lugar la reanudación de acuerdos militares con los Estados Unidos, acontecido en agosto del 2018 , la realización de operaciones conjuntas entre ejércitos de ambos países ; en segundo lugar, la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, en febrero del 2019 y el recurrir nuevamente a créditos del Banco Mundial ; en tercer lugar, la salida de Unasur en marzo del 2019 y el cierre de su sede en Quito.
A su vez estos hitos fueron antecedidos por cambios en los ministros que lideran el frente militar (con la nominación del General Osvaldo Jarrín, en mayo de 2018) , la Cancillería (con la nominación de José Valencia , en junio de 2018), y el ministerio de finanzas (con la designación de Richard Martinez , también en mayo de 2018). Estos cambios implicaron el retorno de las viejas élites militares, financieras y diplomática, a dirigir los puntos ejes del régimen ; a la par Moreno fue rehaciendo su equipo de gobierno, conforme decantaba de una inicial línea pragmática ante el cierre del ciclo progresista, hacia un franco posicionamiento por la vía neoliberal y alineamiento incondicional con Washington.
En este alineamiento le resultaba cada vez más incómoda la presencia de Julian Assange como asilado político en la embajada en Londres, por ello paso a trabajar francamente, desde hace un par de meses, por la entrega del ex – director de Wikileaks a los gobiernos de Inglaterra, y por esa vía hacia los Estados Unidos.
Las condiciones de la entrega del gobierno ecuatoriano, sobre la integridad de Assange a la policía y justicia británica, son francamente deplorables y han levantado el rechazo de los sectores democráticos y de izquierda del Ecuador, la región y el mundo.
Notas
Ver : www.eltelegrafo.com.ec/noticias/judicial/12/defensa-ecuador-inteligencia
Ver : www.elcomercio.com/actualidad/acuerdo-fmi-financiamiento-banco-mundial.html
Ver : www.eluniverso.com/noticias/2019/03/15/nota/7233668/ecuador-sale-unasur-tras-invertir-millones
Ver : www.elcomercio.com/actualidad/ffaa-respeto-soberania-oswaldojarrin-seguridad.html
Ver : www.eltelegrafo.com.ec/noticias/politica/3/jose-valencia-nuevo-canciller-ecuador